Tantra, un orgasmo cósmico

El tantra como ya os dije, utiliza el sexo como puerta hacia la felicidad, y una vez conoces esa realidad puedes ir más lejos. Utilizando dicho sexo como puente hacia lo que los místicos orientales llaman el orgasmo cósmico.

El sexo es el medio pero nunca el fin. Si te pierdes sólo en el sexo, también te perderas el final.

El acto sexual que todos conocemos y el tántrico son distintos. El sexo puro y duro es un desahogo; es como un estornudo, un buen estornudo. Descargas la energía; te descargas. Es destructivo, no es creativo. Es bueno, terapéutico y te ayuda a relajarte, pero nada más.

El acto sexual tántrico no busca el placer automático, se queda en el valle, fundidos en ese momento sin eyacular, sin soltar enegía. La fase de excitación es similar, y una vez alcanzada los dos amantes pueden permanecer ahí sin necesidad de moverse. Se funden los dos sexos, el masculino y el femenino, el yin y el yang, y entran en una profunda relajación. Olvidando cualquier tipo de ego y aprovechando esa energía revitalizadora.

Después del acto sexual tántrico te elevas, no decaes. Te sientes lleno de energía, más vital, más vivo, radiante. Y este éxtasis durará horas, incluso días; dependerá de la profundidad del acto. Con el tiempo te darás cuenta que el orgasmo con eyaculación es un desperdicio de energía.

Pero todo ha de ser natural, si sientes que debes eyacular hazlo. Es un proceso de aprendidaje, que puedes practicarlo tanto como quieras. Pero no tengas prisa, ningun tipo de acto sexual ha de hacerse con prisas; y el Tantra mucho menos.

Un abrazo y que tengáis un buen acto tántrico.