"Érase una vez, en una remota aldea del interior de la China, un viejecito que salió de su casa con una pequeñísima cuchara en su mano. Se dirigía hacia la montaña sagrada, una montaña bellísima pero que escondía la peor de las maldiciones: no dejar que los niños crecieran.
El viejecito en su camino se cruzó con un aldeano que sorprendido por la hora de la mañana le pregunto: ¿a dónde vais tan temprano con esa pequeña cuchara en la mano? Voy a mover la montaña –contesto el viejecito- así el sol podrá ver el pueblo y los niños crecerán.
-Pero buen hombre, tú estas loco! –dijo el aldeano- ¿cómo crees que con esa cucharita vas a mover la montaña?
-Pues si nadie empieza, nunca nadie lo conseguirá."
La diferencia entre la esclavitud y la libertad está en dar el primer paso. No te garantiza el éxito pero sí te devuelve la vida, y éso en sí mismo es un éxito.
8 comentarios:
Dar el primer paso....
no es un "cuento chino", es una gran verdad.
Los miedos son los que nos paralizan, si conseguimos dar el primer paso como dices, se rompe esa espiral de esclavitud a la inacción.
Me ha gustado mucho, Lobo.
Gracias!
Fascinante. Con sólo una cuchara en la mano...
Gracias Lobo!
Precioso
besos y amor
je
Gracias Sundance, muy cierto lo que dices; la diferencia entre el miedoso y el valiente está en ése primer paso...
Un abrazo.
Hola Marta, necesitamos de much@s con un par de... cucharas.
Un abrazo.
Sedemiuqse, gracias por tu comentario. Siempre tan risueña.
Un abrazo.
Cuánta razón, Lobo...
Abrazo enorme!
LluM
Gracias Llum.
Un fuerte abrazo.
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