sábado, 16 de enero de 2010

“NI UN EURO PARA HAITI: ¿DÓNDE ESTÁN LOS PORTAAVIONES Y LAS LANCHAS DE DESEMBARCO?

Os dejo esta entrada que escribe una amiga en otro foro y que con su permiso comparto con todos vosotros.

"NI UN EURO PARA HAITI: DONDE ESTÁN LOS PORTAAVIONES? Y LAS LANCHAS DE DESEMBARCO?

“Lo único que me concierne es lo que debo hacer, no lo que la gente crea que debo hacer”

Me disculpo de antemano por traer Haití a este espacio dedicado a otro tema pero creo que me lo permite el titular que en sí es una declaración de intenciones.

Imagino en este momento que alguien, por ejemplo yo, diga :
Ni un euro para Haití , por lo que está pasando”.

Ese alguien, seguramente, recibiría la repulsa general de los miembros de este foro.

Y de muchas personas más.

Por qué insistir en el efecto perverso de la ayuda, como tantas veces hice sin conseguir el menor eco?

Ahí van los datos. Los datos que me indignan y deberían indignar y mover a la acción a cualquier ser humano que lo sea:

Estamos ante algo más que una catástrofe, letal, de alcance mucho mayor del que tuvo la bomba de Hiroshima.

Nunca antes, ni en las grandes batallas ni en los grandes desastres de la Historia se produjo un número tan alto de muertos concentrados en un espacio proporcionalmente tan reducido.

Solamente en Puerto Principe hay en este momento, cuarenta y ocho horas después del estallido, más de cincuenta mil cadáveres de seres humanos abandonados pudriéndose en las calles y la capacidad de retirada y enterramiento de los equipos disponibles, hoy, ahora, no sobrepasa la retirada de cien cadáveres por día.

En las salas, pasillos y recinto de uno de los dos hospitales existentes en la capital haitiana, gestionado por diversos equipos internacionales, hay ahora mismo, en este preciso momento dos mil cadáveres en proceso de descomposición, llenos de moscas compartiendo el espacio con los heridos , varios miles más que nadie podrá salvar porque muchos de ellos sufren graves traumatismos o necesitan amputaciones y la gangrena, rápida, no perdona.

El segundo hospital de Puerto Principe es el único que se encuentra operativo aunque con carencia de medios básicos que tratan de resolver los equipos cubanos que se ocupan de su control. Sin comentarios.

El dinero y la ayuda no han podido entrar, apenas una parte mínima para garantizar el trabajo y subsistencia de los equipos de rescate que no pueden realizar su trabajo porque la población desesperada se les viene encima con la agresividad de la desesperación y no existen mínimas garantías de seguridad, tampoco les permiten el uso de armas por el que están clamando.

Más de doscientos alumnos y profesores de la escuela de enfermeria de Puerto Principe se encuentran atrapados entre los escombros del edificio y hoy, ahora, se pueden escuchar sus voces puidiendo ayuda pero no han podido desembarcar en el puerto ni excavadoras ni palas mecánicas porque las dos unicas gruas portuarias existentes resultaron dañadas.

Esto es una, solo una pequeña parte y entre tanto el mundo entero se moviliza para entregar… dinero. Una vez más, como si el dinero fuese, una vez más, la panacea.

Por qué me niego a donar un solo euro para Haití?

Porque me resulta difícil, si no imposible tranquilizar mi conciencia cuando tranquilizar mi conciencia implica, como implica, enviar a otros seres humanos al infierno.

Porque creo que hay trabajos que competen a las estructuras de gobierno de los paises y de las grandes organizaciones que cuentan con dotaciones financieras de vértigo para intervenir, precisamente, en este tipo de Apocalipsis.

Porque, me pregunto, si no hay gruas operativas en el puerto de la capital de Haiti y su aeropuerto está colapsado, para qué sirven los portaaviones que , a muy pocas millas de distancia se encuentran en la costa de los Estados Unidos, por hablar del país desarrollado más cercano?

Será que el amigo americano no dispone de lanchas de desembarco provistas de rampas que puedan transportar gruas y excavadoras y el personal necesario para intervenir en emergencias catastróficas, las tan mentadas “fuerzas de paz” supuestamente necesarias para evitar este horror, esta desconsideración y este total y absoluto desprecio plenamente evitables, queriendo?

Será que los portaaviones más potentes del mundo no disponen de gruas en cubierta capaces de desembarcar en este triste puerto el material pesado que se necesita para intervenir y de paso el agua para hospitales y población en estado de abandono inhumano cuando no demoníaco?

Y frente a este pandemonio, cómo es posible que los parlamentos de los pueblos no se reunan para ordenar y financiar una intervención operativa en este absoluto y total desastre?

Cómo es posible que los propios pueblos sean incapaces, absolutamente incapaces de exigir a sus representantes una declaración de emergencia mundial para que obren evitando así o por lo menos intentándolo esta situación que no se puede tolerar porque no es el terremoto sino la falta de reacción operativa lo que indigna y hiela en este desastre a escala planetaria?

Con frecuencia he manifestado mi preocupación por los efectos perversos de la cooperación entendida como se comprendió en el Siglo XX, porque es un modelo de efectos letales.

Pienso y afirmo sin la menor duda que no podemos, no y mil veces no, seguir pensando en aportar una ayuda que no sirve más que para tranquilizar la conciencia de quien la da, sirve para que esas personas que ayudan, con un euro o un millón me da lo mismo, se tranquilicen y no exijan, como debieran y mucho menos comprendan que frente a este panorama infernal son los gobiernos de los paises y las instituciones dotadas economicamente para ello quienes tienen la obligación y el deber ineludible de actuar en el momento zero en las zonas de impacto y suplantar con limosnas esta responsabilidad comporta una ignorancia inadmisible y comporta, sobre todo, condenar sin paliativos a los seres humanos a morir sin redención en el peor de los infiernos.

Organizarnos para exigir a los gobiernos e instituciones su inmediata intervención y posteriormente, solo posterioremente, después de confirmar que esta se ha llevado a cabo como se debe, abrir el grifo de la solidaridad financiera y global condicionando así la ayuda financiera y solidaria a la actuación operativa y eficaz de quienes tienen la capacidad que, seamos serios, a nosotros nos falta para intervenir podría ser un esbozo de alternativa pues, me pregunto, qué harían los gobiernos e macroinstituciones solidarias si de pronto se les condiciona el acceso a los ríos de dinero que les llueven, si se condiciona esta ayuda a su propias intenciones, dinamismo y capacidad de intervenir?

Por eso, aunque muchos me digan lo contrario yo no pienso, no y mil veces no, aportar de momento absoluamente nada más que esta nota, fruto de la desolación y de la más profunda impotencia, que intento también, es mi primera aportación, hacer llegar a redacciones de medio mundo para, aunque de poco sirva, preguntar:

Cómo es posible que nuestros gobiernos puedan enviar sondas a Marte y no puedan desembarcar excavadoras en Haití?

¿Dónde están los portaaviones y las lanchas de desembarco capaces de transportar maquinaria pesada y cien mil veces más toleladas de medicamentos, equipos, agua y alimentos que los que pueden transportar por via aérea?

Aunque solamente sea para que nadie me pregunte dentro de algunos meses o de algunos años: Y tú, qué hiciste?

Y tenga que responder: Ingresé un valor (?) en una organización."